* 23-01-16 Trekking a la Pradera de El Yelmo "1602 m" desde Canto Cochino.




  * 23-01-16 Trekking a la Pradera de El Yelmo "1602 m" desde Canto Cochino.
23-01-16
SALIDA: Canto Cochino, Manzanares el Real, Madrid.
SITUACIÓN: Madrid, Sierra de Guadarrama-La Pedriza, Sistema Central.
OBSERVACIONES: Dificultad: Moderado      Desnivel: 561 m      Acumulado positivo: 753 m      Distancia: 12’750 Km      Duración: 4 Horas 46 Minutos       Tiempo: Estival      Material: Senderismo      Ruta: Circular (Canto Cochino- Refugio Giner de los Ríos-El Tolmo-Collado de la Dehesilla-Pradera de El Yelmo (1602 m)-Pradera de la Gran Cañada-Camino de la Cañada-El Tranco- Canto Cochino)
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Comenzamos la ruta:
Otro sábado con ganas de montaña, esta vez toca subir a El Yelmo, nos juntamos Los Bolo-K2 y Cota8000 (Pablo, Juan, Max “el perro de Juan” y yo “Floro”) a las 7:00 en Bargas para salir todos desde allí, metemos todo en el coche de Juan y camino a la Pedriza, cuando llegamos en parking ya se veía completito, una vez allí lo primero que hacemos es desayunar.
Ya con la tripa llena nos ponemos a patear, lo primero que hacemos es pasar un puente de madera que cruza el río Manzanares y salimos a la denominada autopista de La Pedriza, 


la seguimos sin perder el camino hasta llegar al Refugio Giner de los Ríos, desde allí nos hicimos unas fotos con la vía sur clásica de “El Pájaro” de fondo,


Max iba haciendo las veces de guía, sin perdernos de vista y abriendo camino, es un sitio muy transitado, nos encontramos mucha gente por el camino tanto haciendo trekking como trail running, nosotros a lo nuestro, seguimos subiendo hasta llegar a El Tolmo,
y después de observarle durante uno minutos seguimos el camino, que cada vez picaba más hasta llegar al Collado de la Dehesilla, antes de llegar nos encontramos con El Hueso al que también fotografiamos,
ya en el collado descansamos para la recta final de subida que nos esperaba, mientras tanto Max no paraba quieto jugueteando y haciendo amigos,


antes de volver al camino cambiamos de mochilas entre Pablo y yo para repartir peso, y Max continuaba abriendo camino,

íbamos en todo momento rodeados de un paisaje maravilloso, en la parte final de la subida nos encontramos con una placa un poco resbaladiza donde yo me apure un poquito,
pero se solvento bien con la ayuda de Pablo, en ese momento nos cruzamos con unos 30 corredores bajando. Desde allí hasta la Pradera del Yelmo sin problemas
donde tuvimos que subir hasta 1618 m para bajar a 1602 m que es donde se encuentra la Pradera, a pie de El Yelmo, una vez allí, descansamos y comimos un bocado mientras mirábamos unos escaladores haciendo diversas vías, impresionante,
 



 


Max muy juguetón corría y corría disfrutando del lugar como cualquier otro de nosotros
una vez descansado nos pusimos manos a la obra, decidimos no subir a la cima de El Yelmo, pues tenemos que progresar por una chimenea inaccesible para Max y nos quedamos a escalar alguna vía, yo iba con ganas pero una vez a pie de vía yo no veía sitio por dónde meter mano, eso era más liso que la pared de mi casa asique decidí quedarme para aprender y hacer fotos, la próxima vez seria, las vías que subieron eran cortitas pues como yo iba con ellos no quisieron dejarme solo, pero no por eso menos atractivas de subir, por cierto las vías de allí son de adherencia,
 



 

después de haber desfogado un poco con las cuerdas nos pusimos a descender por senderos estrechos, piedras resbaladizas, saltos y unos paisajes maravillosos que nos regalaba La Pedriza, hasta llegar a la pradera de la Gran Cañada donde había gente disfrutando igual que nosotros, 



allí nos encontramos dos caminos, decidimos tomar el de la Gran Cañada que nos llevaría hasta El Tranco, allí hicimos parada obligatoria para reponer fuerzas en un chiringuito muy peculiar, donde había un cartel que nos hizo gracia “está prohibido fumar porros”,



una vez tomado el avituallamiento correspondiente nos dirigimos hacia Canto Cochino siguiendo el curso del rio al contrario donde Max decidió darse un baño en el Manzanares, 

un agua cristalina que nos invitaba a bañarnos a nosotros también pero el tiempo no acompañaba, asique para adelante a seguir nuestro camino,
ya llegamos al sitio desde donde habíamos partido, un piscolabis y para casa a descansar un rato que para alguno la noche le esperaba deseosa de marcha, otra ruta donde todo lo que me llevo vuelve a ser pasión y respeto por la montaña.
Más fotos,













Daros las gracias por haber compartido este ratito con nosotros y hasta la próxima.
Floro